Lemosín, Francia, Europa.
Un hotel abandonado, olvidado en una carretera de un pueblo pequeño, que vivió tiempos mejores antes de la nueva variante que desvió el tráfico que le dejaría a un lado y provocaría su cierre.
Posiblemente este cartel tirado “chambre 170 F“ fuera el precio solo del alojamiento, pues en nuestra visita la publicidad de la pared que da a la carretera era de 270 francos (41,16€) la noche con media pensión.
Bar, menú a partir de 69 francos (10,51€), pizza para tomar en el local o para llevar, y habitación con media pensión.
El viejo rotulo del hotel que en un tiempo atrás se iluminaba e invitaba a entrar, ahora está cada vez más ilegible.
Accedimos primero al desván,en él había restos de carteles del hotel y todo estaba en muy mal estado.
Por uno de los laterales del edificio se veía el acceso a las cocinas y al almacén que estaba con material de obra, posiblemente con la idea de mejorar el lugar o ampliarlo.
Es fácil verlo desde la variante a los lejos, por el cartel de la pared y que posiblemente algún viajante por el día se haya parado delante del edificio comprobando que ya no estaba abierto al público. Cerrado en el 2001, los matojos y arbustos cubren su fachada y deja entrever su cartel de “Logis de France” con una chimenea.
“Logis de France” es la cadena de hoteles a la que perteneció y suelen estar situados en el medio rural, como este hotel, pequeños pueblos o en ciudades grandes. Y siempre hay un buen restaurante con comida local. Están clasificados por chimeneas, según el nivel de confort.
Esta era la entrada principal, el bar/restaurante, también estaba la recepción para las habitaciones, con varias salas amplias para los comedores.
Las enormes cocinas en las que aun se ve la posibilidad de poder servir grandes desayunos, comidas y cenas.
La oficina con la publicidad, cartas de vinos, comidas, promociones y precios del hotel.
No tenía más de 10 habitaciones, denominado como hotel familiar, parecía muy acogedor.
Entre la maleza se pueden ver sus carteles, el de la terraza y sus ventanas con toldos.
Una pequeña imagen que quedará en el recuerdo de lo que fue.
Y la sorpresa para muchos su club privado gay, muy curioso y a la vez un tanto extraña su ubicación al lado de un hotel familiar y que desde fuera parece un edificio anexo al hotel.
Una de las llaves tirada en el jardín.
El hotel en el paso del tiempo, que a día de hoy está destrozado e incendiado y que no acogerá más huéspedes ni comensales.
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